Cuatro recomendaciones para el presidente Vizcarra
WILLIAM MUÑOZ MARTICORENA Director de Investigación de la Facultad de Ciencias Económicas y Comerciales de la UCSS.
Una aproximación a los escenarios y acciones más urgentes frente a la crisis y las necesidades del país.
Desde la perspectiva del ciudadano común, preocupado por el destino de su país, nos permitimos alcanzar ciertas reflexiones sobre determinados puntos focales que debieran ser priorizados y tratados con suma diligencia por nuestro presidente Martín Vizcarra. Así, hemos de referirnos a la corrupción, la inseguridad ciudadana, la estabilidad económica y la educación.
Corrupción
En cuanto a la corrupción, principal causa de nuestra reciente crisis política, su combate ha de implicar diferentes acciones. Por un lado, la persecución efectiva de los actos de corrupción realizados, lo que a su vez, debería comprometer lo siguiente: celeridad, coordinación, transparencia e impacto en el actuar de instituciones claves como el Poder Judicial, la Fiscalía, el Ministerio del Interior, La Contraloría de la República, la Defensoría del Pueblo, las Comisiones Investigadoras del Congreso, entre otras. Todas estas entidades, a la fecha, se perciben como lentas, opacas y con sesgos ideológicos en su gestión.
Por otro lado, el Presidente de la República ha de promover acciones preventivas contra la corrupción. Entre ellas, ayudarían las siguientes: (a) informar y sensibilizar a la sociedad sobre los hechos de corrupción denunciados. Aquí juegan un rol fundamental los medios de comunicación, los cuales deben cumplir estrictos códigos de ética y estar sometidos a la vigilancia ciudadana, en tanto que, como es evidente, resultan insuficientes los mecanismos de autorregulación para garantizar la verdad y objetividad en los contenidos; (b) promover un shock de transparencia, en los tres niveles de gobierno y en los distintos sectores, en particular, en lo concerniente a las compras estatales y mediante la realización del análisis del impacto regulatorio de la normatividad generada y existente a efectos de eliminar las malas leyes; (c) eliminar estructuras corruptas, como los tramitadores y tinterillos, mediante eficientes procesos de monitoreo, evaluación del cumplimiento normativo y la calidad de los servicios públicos y (d) aumentar el control social, mediante rendiciones de cuentas, vigilancia ciudadana, gobierno abierto y educación en valores.
Inseguridad Ciudadana
En lo que respecta a la inseguridad ciudadana, esta es una problemática social, relacionada con factores diversos. Entre ellos, sobre todo resaltan los siguientes: (a) la presencia de hogares disfuncionales con padres ausentes, donde niños y adolescentes se vinculan con personas de mal vivir y derivan hacia las drogas y la delincuencia; (b) el entorno social, que suele excluir a pobres y a no educados; (c) las escuelas que no forman bien y (d) la falta de oportunidades que no permite que los jóvenes se eduquen y luego encuentren un trabajo adecuado. La respuesta a esta problemática debiera estar liderada por el Ejecutivo, no solamente mejorando la capacidad operativa y reacción de la policía, sino, mediante mecanismos de prevención, que articulen iniciativas concertadas entre municipios, policía, Ministerio del Interior, Poder Judicial y Fiscalía. Estas intervenciones debieran estar asistidas por un nivel de tecnología (cámaras interconectadas, mapas del delito interactivos, entre otros) que permita realizar analíticas de datos y diseñar intervenciones y acciones eficientes.
Estabilidad económica
Un aspecto decisivo para mejorar la calidad de vida de los peruanos tiene que ver con la estabilidad económica, la misma que es una condición necesaria para que se materialicen las inversiones locales y foráneas que demandaran de empleos y recursos que contribuirán al crecimiento del producto nacional. Un mecanismo que ha de favorecer el destrabe de inversiones es la implementación de mesas de trabajo sectoriales que identifiquen cuellos de botella a eliminar y sugieran ajustes regulatorios a implementar. Además de políticas monetarias macroprudenciales que cautelen el tipo de cambio y la tasa de interés de referencia, así como, de una política fiscal reactivadora, se recomienda diseñar incentivos que faciliten la formalización de las microempresas, de los trabajadores independientes, como también, el diseño de instrumentos tributarios y crediticios para su fomento.
Educación
Es evidente que la calidad de la educación es decisiva para estimar la calidad de vida de los ciudadanos. En ese orden de ideas, la calidad de la infraestructura escolar, los resultados de los exámenes rendidos por docentes, así como los resultados de la prueba PISA, nos presentan grandes desafíos a superar. En ese propósito, es urgente acelerar la velocidad del cambio en estas tres dimensiones, aprovechando los casos de éxitos y curvas de experiencia desarrolladas por los colegios líderes tanto en escuelas privadas como públicas. Es fundamental, además, lograr la cobertura total en los niveles de educación inicial y fortalecer el rol facilitador y subsidiario de la SUNEDU en el aseguramiento de calidad del sistema universitario peruano.
Los problemas son de larga data, pero la asunción de mando del Presidente Vizcarra la debemos asumir todos los peruanos como una real oportunidad para contribuir, desde nuestros distintos roles y con nuestras distintas perspectivas, a la construcción de un Perú mejor. Esto último en particular, y con urgencia, para los damnificados de la tragedia climática en el norte del país, así como de las personas de menores recursos o más vulnerables. Por todos ellos, y por nosotros, deseamos a nuestro nuevo Presidente los mayores logros en su gestión.
Desde la perspectiva del ciudadano común, preocupado por el destino de su país, nos permitimos alcanzar ciertas reflexiones sobre determinados puntos focales que debieran ser priorizados y tratados con suma diligencia por nuestro presidente Martín Vizcarra. Así, hemos de referirnos a la corrupción, la inseguridad ciudadana, la estabilidad económica y la educación.
Corrupción
En cuanto a la corrupción, principal causa de nuestra reciente crisis política, su combate ha de implicar diferentes acciones. Por un lado, la persecución efectiva de los actos de corrupción realizados, lo que a su vez, debería comprometer lo siguiente: celeridad, coordinación, transparencia e impacto en el actuar de instituciones claves como el Poder Judicial, la Fiscalía, el Ministerio del Interior, La Contraloría de la República, la Defensoría del Pueblo, las Comisiones Investigadoras del Congreso, entre otras. Todas estas entidades, a la fecha, se perciben como lentas, opacas y con sesgos ideológicos en su gestión.
Por otro lado, el Presidente de la República ha de promover acciones preventivas contra la corrupción. Entre ellas, ayudarían las siguientes: (a) informar y sensibilizar a la sociedad sobre los hechos de corrupción denunciados. Aquí juegan un rol fundamental los medios de comunicación, los cuales deben cumplir estrictos códigos de ética y estar sometidos a la vigilancia ciudadana, en tanto que, como es evidente, resultan insuficientes los mecanismos de autorregulación para garantizar la verdad y objetividad en los contenidos; (b) promover un shock de transparencia, en los tres niveles de gobierno y en los distintos sectores, en particular, en lo concerniente a las compras estatales y mediante la realización del análisis del impacto regulatorio de la normatividad generada y existente a efectos de eliminar las malas leyes; (c) eliminar estructuras corruptas, como los tramitadores y tinterillos, mediante eficientes procesos de monitoreo, evaluación del cumplimiento normativo y la calidad de los servicios públicos y (d) aumentar el control social, mediante rendiciones de cuentas, vigilancia ciudadana, gobierno abierto y educación en valores.
Inseguridad Ciudadana
En lo que respecta a la inseguridad ciudadana, esta es una problemática social, relacionada con factores diversos. Entre ellos, sobre todo resaltan los siguientes: (a) la presencia de hogares disfuncionales con padres ausentes, donde niños y adolescentes se vinculan con personas de mal vivir y derivan hacia las drogas y la delincuencia; (b) el entorno social, que suele excluir a pobres y a no educados; (c) las escuelas que no forman bien y (d) la falta de oportunidades que no permite que los jóvenes se eduquen y luego encuentren un trabajo adecuado. La respuesta a esta problemática debiera estar liderada por el Ejecutivo, no solamente mejorando la capacidad operativa y reacción de la policía, sino, mediante mecanismos de prevención, que articulen iniciativas concertadas entre municipios, policía, Ministerio del Interior, Poder Judicial y Fiscalía. Estas intervenciones debieran estar asistidas por un nivel de tecnología (cámaras interconectadas, mapas del delito interactivos, entre otros) que permita realizar analíticas de datos y diseñar intervenciones y acciones eficientes.
Estabilidad económica
Un aspecto decisivo para mejorar la calidad de vida de los peruanos tiene que ver con la estabilidad económica, la misma que es una condición necesaria para que se materialicen las inversiones locales y foráneas que demandaran de empleos y recursos que contribuirán al crecimiento del producto nacional. Un mecanismo que ha de favorecer el destrabe de inversiones es la implementación de mesas de trabajo sectoriales que identifiquen cuellos de botella a eliminar y sugieran ajustes regulatorios a implementar. Además de políticas monetarias macroprudenciales que cautelen el tipo de cambio y la tasa de interés de referencia, así como, de una política fiscal reactivadora, se recomienda diseñar incentivos que faciliten la formalización de las microempresas, de los trabajadores independientes, como también, el diseño de instrumentos tributarios y crediticios para su fomento.
Educación
Es evidente que la calidad de la educación es decisiva para estimar la calidad de vida de los ciudadanos. En ese orden de ideas, la calidad de la infraestructura escolar, los resultados de los exámenes rendidos por docentes, así como los resultados de la prueba PISA, nos presentan grandes desafíos a superar. En ese propósito, es urgente acelerar la velocidad del cambio en estas tres dimensiones, aprovechando los casos de éxitos y curvas de experiencia desarrolladas por los colegios líderes tanto en escuelas privadas como públicas. Es fundamental, además, lograr la cobertura total en los niveles de educación inicial y fortalecer el rol facilitador y subsidiario de la SUNEDU en el aseguramiento de calidad del sistema universitario peruano.
Los problemas son de larga data, pero la asunción de mando del Presidente Vizcarra la debemos asumir todos los peruanos como una real oportunidad para contribuir, desde nuestros distintos roles y con nuestras distintas perspectivas, a la construcción de un Perú mejor. Esto último en particular, y con urgencia, para los damnificados de la tragedia climática en el norte del país, así como de las personas de menores recursos o más vulnerables. Por todos ellos, y por nosotros, deseamos a nuestro nuevo Presidente los mayores logros en su gestión.