¿Por qué estudiar la maestría de Literatura Infantil - juvenil y animación a la lectura?

¿Por qué estudiar la maestría de Literatura Infantil - juvenil y animación a la lectura?

Conoce algunos aspectos sobre la irrupción de la tecnología en el lector y los retos docentes para acercar a los estudiantes a la literatura.

Por Manuel Jesús Vejarano Ingar.


En épocas actuales, la lectura en nuestro país se ha convertido en un tema educativo urgente. Los últimos resultados de la PISA y la ECE muestran mejoras mínimas, pero siempre dentro en un panorama todavía retador para la mejora de las competencias de lectura y escritura. Si sumamos la aparición y consumo de dispositivos electrónicos como las tabletas electrónicas o las plataformas de 
streaming, la situación del hábito lector ha sufrido serios retrasos, más aún en los niños desde la primera infancia, ya que muchos padres están permitiendo que usen tablets o celulares desde que sus hijos pueden tomarlos con sus manos. 

Es preciso admitir que socialmente podemos estar de acuerdo en que estimular la lectura es una tarea que tanto la familia como la escuela deben enfrentar, pero la tecnología sigue siendo un elemento avasallador que ha irrumpido en los hogares. Aun con todos sus beneficios, su presencia tiene consecuencias, todavía en estudio, que más parecen desfavorables en hábitos como la conversación, la lectura o incluso el aprecio del silencio y concentración. 

Los retos frente a esta situación, sobre todo para el docente o especialista, son cada vez más diversos. Acercar a un niño o joven a la lectura, estimular su interés, recomendarle textos enriquecedores, crear espacios donde su voz sea escuchada y formada según criterios estéticos y no solo pedagógicos, son tareas que se han complejizado y que relucen más la brecha entre lo antiguo y lo moderno, entre el pasado (el del adulto) y un presente cada vez más cambiante (el del niño). 

 


Aquí es donde la Maestría de Literatura Infantil - Juvenil y Animación a la lectura de la EPG UCSS aparece como el espacio ideal para todo docente o promotor cultural que desee ingresar al exigente mundo de la literatura para niños y jóvenes. Como egresado, puedo afirmar que en la maestría he podido vivir ese encuentro sorpresivo, grato y estimulante con la literatura en sus dimensiones lúdicas, creativas, dialogantes con otras áreas del conocimiento, y, sobre todo, con una amplitud de criterios que me ayudaron a descubrir el valor de géneros poco valorados, aprovechados o conocidos en las aulas peruanas como la poesía, el cómic o el libro álbum, en suma: a que el pasado y el presente dialoguen enriqueciendo la experiencia lectora. 

Al contrario de la creencia general, trabajar con textos para niños pide al docente o especialista un acercamiento más allá de una interpretación básica, requiere también la formación de una actitud lúdica que permita que el adulto “juegue” con el universo ficcional o narrativo junto con el niño. Además, es necesario vencer esa mirada pedagogizante (eterna tentación de todo profesor) que trata de convertir todo en una “actividad” evaluable, medible, que responda a criterios de objetivos y competencias (o lo que esté de moda), y que permita colocar una nota o “estado de proceso”. La literatura, si la respetamos, escapa a todas estas mecánicas, ya que el aspecto estético es el camino principal para valorar el contenido ético o conceptual que pueden encerrar estos textos. 

Estas certezas las he podido alcanzar en la maestría, y confirmo que me han permitido valorar más el pasado y el presente: admirar la belleza de un libro antiguo para niños como la genialidad de los libros modernos, como los de “realidad aumentada” que aprovechan la tecnología para hacer más disfrutable la experiencia de lectura. Una formación lograda con excelentes maestros, muchos de ellos reconocidos en medios nacionales e internacionales, y cuyas enseñanzas (más que “clases”) he podido aprovechar, tanto para mi labor académica como personal, lecciones que siguen presentes a lo largo de los años y marcaron mi mirada como especialista en LIJ. 

En último término ¿qué implica leer literatura para un niño o un joven?
Un encuentro con una aventura, un camino de descubrimiento y emoción, no una tarea por cumplir, no una lección para aprender a ser bueno y obediente. Leer, es simplemente el conocer a nuevos amigos que nos hacen parte de lo que viven en la ficción y que, en medio de risas y lágrimas, temores y suspenso, nos ayudan a descubrir, poquito a poquito, casi sin darnos cuenta, lo que el ser humano está llamado a ser en toda su verdad, belleza y bondad. Si quieren emprender ese viaje, nunca es tarde, y la Maestría de LIJ y Animación a la lectura es el barco que los llevará a puertos seguros en esta aventura.

 

 

Mag. Manuel Jesús Vejarano Ingar, es docente universitario con maestría en Literatura Infantil - Juvenil y Animación a la Lectura. Sus temas de investigación como nuevas formas narrativas, el libro álbum y  la formación docente en LIJ, le han permitido profundizar en el complejo mundo literario infantil y juvenil donde la tensión entre arte y pedagogía, es una constante.